TÃtol : |
El oso |
Tipus de document : |
text imprès |
Autors : |
William Faulkner |
Editorial : |
Barcelona : Anagrama |
Data de publicació : |
1990 |
Col·lecció : |
Compactos |
Nombre de pà gines : |
151 p. |
Dimensions : |
19 cm |
ISBN/ISSN/DL : |
978-84-339-2024-9 |
Idioma : |
Català (cat) |
Classificació : |
N Narrativa adults (en català i castellà) |
Resum : |
La renuncia de Isaac McCaslin, su protagonista, a la herencia del viejo Carothers, es el resultado de una radical negativa a reconocer la propiedad sobre una tierra corrompida por la codicia de sus ocupantes. Para Isaac, fascinado por la naturaleza virgen del Gran Valle, Old Ben, el viejo oso al que los hombres de Jefferson acosan implacablemente, es «un anacronismo indomable e invencible surgido de un tiempo antiguo y muerto, un fantasma, compendio y apoteosis de la antigua vida salvaje». El final de Old Ben es también el de los grandes bosques amenazados por las compañÃas madereras, un escenario donde la ceremonia anual de la caza reaviva todavÃa el espÃritu de un tiempo aún no maldito en que la tierra era de los hombres «no de los blancos, ni de los negros, ni de los rojos, sino de los hombres, de los cazadores, con la voluntad y la osadÃa de resistir y la humildad y el arte de sobrevivir». |
El oso [text imprès] / William Faulkner . - Barcelona : Anagrama, 1990 . - 151 p. ; 19 cm. - ( Compactos) . ISBN : 978-84-339-2024-9 Idioma : Català ( cat)
Classificació : |
N Narrativa adults (en català i castellà) |
Resum : |
La renuncia de Isaac McCaslin, su protagonista, a la herencia del viejo Carothers, es el resultado de una radical negativa a reconocer la propiedad sobre una tierra corrompida por la codicia de sus ocupantes. Para Isaac, fascinado por la naturaleza virgen del Gran Valle, Old Ben, el viejo oso al que los hombres de Jefferson acosan implacablemente, es «un anacronismo indomable e invencible surgido de un tiempo antiguo y muerto, un fantasma, compendio y apoteosis de la antigua vida salvaje». El final de Old Ben es también el de los grandes bosques amenazados por las compañÃas madereras, un escenario donde la ceremonia anual de la caza reaviva todavÃa el espÃritu de un tiempo aún no maldito en que la tierra era de los hombres «no de los blancos, ni de los negros, ni de los rojos, sino de los hombres, de los cazadores, con la voluntad y la osadÃa de resistir y la humildad y el arte de sobrevivir». |
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