| TÃtol : |
¡Mesa trágame! |
| Tipus de document : |
text imprès |
| Autors : |
Gabriela Keselman, Autor ; Elizalde, Marcelo, Il·lustrador |
| Editorial : |
Zaragoza : Edelvives |
| Data de publicació : |
2002 |
| Col·lecció : |
Ala delta |
| Nombre de pà gines : |
46 p. |
| ll. : |
il. col. |
| Dimensions : |
20 cm. |
| ISBN/ISSN/DL : |
978-84-263-4850-0 |
| Idioma : |
Castellà (spa) |
| Classificació : |
I* Llibres d’imaginació a partir de 6 anys |
| Resum : |
Un niño tiene que enfrentarse a un compañero de clase violento, y, ante esta situación a la que no quiere hacer frente, pide a su mesa que le trague; la mesa, efectivamente, se lo traga. Y el niño va a parar al paÃs de las cosas que se pierden o que se olvidan. Encuentra a muchos amigos que también, como él, tuvieron miedo alguna vez, o no quisieron enfrentarse a situaciones comprometidas (como el puré de verduras que no querÃan comer); todos esos niños pidieron ser tragados y fueron a parar allÃ. Entre estos niños está el violento compañero de clase que tanto temÃa; al ver que incluso él tiene sus propios miedos, decide que lo mejor es enfrentarse a las cosas, pues le ha dado demasiada importancia a sus problemas y en realidad sólo necesita intentar resolverlos para quitárselos de encima. El niño vuelve al mundo real y se enfrenta con sus miedos. |
¡Mesa trágame! [text imprès] / Gabriela Keselman, Autor ; Elizalde, Marcelo, Il·lustrador . - Zaragoza : Edelvives, 2002 . - 46 p. : il. col. ; 20 cm.. - ( Ala delta) . ISBN : 978-84-263-4850-0 Idioma : Castellà ( spa)
| Classificació : |
I* Llibres d’imaginació a partir de 6 anys |
| Resum : |
Un niño tiene que enfrentarse a un compañero de clase violento, y, ante esta situación a la que no quiere hacer frente, pide a su mesa que le trague; la mesa, efectivamente, se lo traga. Y el niño va a parar al paÃs de las cosas que se pierden o que se olvidan. Encuentra a muchos amigos que también, como él, tuvieron miedo alguna vez, o no quisieron enfrentarse a situaciones comprometidas (como el puré de verduras que no querÃan comer); todos esos niños pidieron ser tragados y fueron a parar allÃ. Entre estos niños está el violento compañero de clase que tanto temÃa; al ver que incluso él tiene sus propios miedos, decide que lo mejor es enfrentarse a las cosas, pues le ha dado demasiada importancia a sus problemas y en realidad sólo necesita intentar resolverlos para quitárselos de encima. El niño vuelve al mundo real y se enfrenta con sus miedos. |
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